La fachada de un negocio debe de estar impecable y tener una buena imagen, ya que es lo primero que los clientes van a ver. Una fachada en mal estado, con manchas de humedad, pintura deteriorada o una puerta envejecida pueden ofrecer una mala impresión inicial que quizás no haya oportunidad de mejorar.
Por eso, mantener la fachada en buen estado debe de considerarse una inversión más en el negocio y además una importante. Si se van a realizar cambios significativos en la misma, como por ejemplo un cambio de pintura, un recubrimiento o restauración de la misma, quizás sea también el momento de valorar la instalación de un nuevo rótulo luminoso.
El rótulo del negocio debe de estar en buen estado, ser perfectamente legible y mantener una uniformidad estética con el resto de la fachada y también con la imagen corporativa de la empresa. Los colores, el logo o el tipo de letra escogidos deben de ser los mismos en cualquier formato el que se plasme el nombre del negocio.
Es importante que el rótulo no consuma demasiado y que la duración de sus luces sea larga, por eso en las empresas más importantes, como Rótulos Directo los luminosos con LEDs son la tendencia más actual y los más solicitados por sus clientes.
Estos rótulos cuentan con dos ventajas muy importantes. Por un lado consumen muy poca electricidad, por lo que pueden permanecer encendidos todo el día sin suponer un gasto excesivo y además, la gran duración de las bombillas permite que nos desentendamos de su mantenimiento durante cientos y cientos de horas de uso.
Antes de instalar el rótulo debemos de proceder a examinar la fachada para reparar cualquier daño que pueda estar sufriendo. Las filtraciones de agua son uno de los problemas más serios con los que podemos enfrentarnos, pero hay otros que aunque menos importantes en principio también necesitan ser atendidos, como pequeñas grietas o desconchados.
La pintura es la opción más barata para la fachada de un negocio, pero los recubrimientos de piedra ofrecen un mayor aislamiento térmico y sonoro y permiten un aspecto impecable durante muchos más años que la pintura.
La parte negativa de los mismos es que aunque a largo plazo se van a amortizar, pueden resultar muy caros para los presupuestos manejados, siendo una opción la utilización de piedra artificial, igualmente bonita y mucho más económica que la piedra natural.